viernes, 18 de abril de 2008

"EL TRABAJO NO ME PERMITE IR A LAS REUNIONES"

Cuántas veces hemos visto una cara triste, de preocupación, al tener que responder al profesor: “Mi mamá no puede venir a la reunió porque trabaja. También hemos escuchado a un padre decir: Es que no tengo tiempo, por el trabajo, para averiguar como va mi hijo en el colegio”. Al parecer, el trabajo y el colegio de los hijos no son compatibles, pero en realidad no debería ser así, sino que las responsabilidades laborales y familiares deber ir juntas.
Aunque muchos niños y jóvenes no lo admitan abiertamente, los docentes sabemos lo importante que es para ellos que sus padres se interesen en sus cosas. Una de las formas de mostrar ese interés es participando en las reuniones de su colegio cuando un padre le dice: “No puedo ir porque primero tengo que trabajar”, el hijo siente que no es importante, que el trabajo vale más que él, es decir, se siente no querido, lo cual afecta su autoestima. En su mente no están las cuentas de fin de mes, sino el sentirse importantes para sus padres.
Al pasar varias horas en el colegio y al no tener cerca a los padres por su trabajo, muchas veces les ocurren hechos o vivencias propias de su desarrollo de los que los padres no se percatan, dejando sin querer solos a sus hijos en momentos importantes, como por ejemplo: Su curiosidad natural por la sexualidad o cuando se enamoran por primera vez. Tanto mujeres como varones sufren, pero en el caso de los varones, al no tener un adulto de confianza para compartir esta nueva etapa, pueden quedar seriamente dañados, pues por el machismo no pueden admitir su sufrimiento ante los amigos.
Cuando hay problemas de actitud en los alumnos, los tutores aplican soluciones en el grupo, pero están soluciones no pueden quedar solo en el colegio deben ser acompañadas por los padres en sus casas para que la solución sea real y efectiva. De nada sirve elaborar un horario para su organización personal en el colegio, si el padre o madre no acompaña este proceso, es decir el tutor más empeñoso lograría mucho más si es apoyado por los padres.
Entonces, si padres y profesores buscamos un buen desarrollo moral y afectivo de nuestros niños y jóvenes es necesario priorizar y organizar el tiempo entre el trabajo, hogar y colegio en los hijos, y así poder acompañarlos en su proceso de crecimiento, lo mejor posible. Parece difícil pero no lo es, porque en realidad: ¿A qué no está dispuesto un padre por el bien de su hijo? ¿O el bien de los hijos es sólo económico? ¿Asistirá a la próxima reunión de padres?
Escrito por
Margoth Macedo
Profesora de Ciencias Sociales.

1 comentario:

lager dijo...

una cachetada para los malos padres q no se preocupan por sus hijos